Rallamos el chocolate en un plato y lo reservamos.
-Con un peso de cocina, medimos la avena y la proteína para tener las cantidades ya preparadas.
-Separamos las yemas de las claras en vasos o bols diferentes.
-Precalentamos el horno a 180°C.

En un bol echamos el queso fresco batido, las 3 yemas de los huevos, la esencia de vainilla (al gusto, yo eché una cucharadita) y la stevia (también al gusto, yo eché 2 sobres) y mezclamos bien.

Después de tener todo mezclado, echamos la proteína (puede ser de cualquier sabor, en mi caso, brownie), mezclamos bien para que no quede grumos y después la avena molida, volvemos a mezclar bien (aconsejo tamizar tanto la proteína como la avena).

Montamos las claras de los huevos a punto de nieve (yo he usado un robot de cocina con varillas) y vertemos en el bol donde tenemos toda la mezcla con movimientos envolventes y suaves para que conserve la integridad del punto de nieve.

Cubrimos un molde con papel vegetal (yo he usado un molde cuadrado desmontable), vertemos parte de la mezcla (más o menos la mitad) ayudándonos con una lengua, inclinamos el molde para que la mezcla llegue a todas las esquinas, echamos el chocolate de forma que quede una capa y terminamos de echar en resto de mezcla encima del chocolate, nos podemos ayudar de la lengua para repartir mejor la mezcla.

Metemos el molde en el horno a media altura, 180°C unos 25/30 minutos, dependerá del tipo de horno que tengáis, podéis comprobar el estado del bizcocho con un palillo grueso, si sale limpio a excepción del chocolate, ya estará listo (yo lo he dejado reposar unos minutos dentro del horno apagado con el calor que ya tenía y la puerta un poco abierta)

Podéis poner encima cualquier topping que os apetezca, yo pongo un poco de crema de untar proteica de chocolate con avellanas y está muy bueno.