Añadimos 500 gr de harina junto con la levadura y mezclamos bien. Dejamos reposar 10 minutos.

Ir añadiendo el resto de harina y mezclando con las manos hasta conseguir que la masa sea más densa y manejable. Aproximadamente los 175 gr restantes. No pongáis más ya que pueden quedar duros. La masa es pegajosa, pero así saldrán muy esponjosos, cómo buñuelos.

Para formar los roscos nos iremos untando las manos de aceite y cogiendo pequeñas porciones de masa. Haremos bolitas y a cada bolita le haremos un agujero en el centro con un dedo y dando forma al rosco. La masa es muy pegajosa, así que hay que ser rápidos, con la práctica salen mejor, pero aunque no sean perfectos, estarán buenísimos.

Los vamos friendo poco a poco y dándoles las vuelta hasta ver que están doraditos. Los iremos pasando a una fuente con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite.

Ahora sólo queda esperar pacientemente (esta es la parte más difícil de la receta) hasta que se enfríen para poder disfrutarlos a solas o compartirlos con quién sea merecedor de semejante regalo.