Por más que pregunto, a nadie se le ha ocurrido jamás rebozar el jamón curado. Creo que puede ser considerado un pecado hacer algo así con un buen jamón serrano. En mi casa los jamones eran de elaboración propia para consumo habitual, quizás no se valoraban tanto, posiblemente porque no nos teníamos que gastar esas cantidades desorbitadas que cuesta hoy un buen jamón. A mis padres les costaba en trabajo. Conseguir curar un buen jamón es todo un arte pero llevaban toda la vida haciéndolo, aunque no todos los años se les daba igual de bien, por infinidad de motivos. Los años en los que no habían tenido problemas en la producción, había más abundancia. Mis mejores recuerdos eran cuando acompañaba a mi madre a la bodega, que era un lugar fresquisto donde se conservaban mejor los alimentos, y allí tenían los jamones. Cuando me pedía que la acompañara porque iba a cortar jamón para rebozar, era la persona más feliz del mundo, me comía los trocitos que caían al cortar o que cortaba mal, incluso que ella me iba cortando para mí. Preciosos momentos vividos con #lasrecetasdemama