En una bandeja de horno poner el aceite, la carne picada bien extendida, sal, medio vaso de vino (si lo queréis poner) y uno de los huevos batidos. Meterlo al horno 15 minutos a 220º para que se haga la carne, si vuestro horno no es eléctrico o no tiene ventilador dejar la puerta un poco abierta para que se evapore el vino.

Mientras se hace la carne preparamos el puré, cogemos una jarra de plástico o cristal que sirva para el microondas (sobre todo que coja) y ponemos el agua caliente ya del grifo, la leche, la mantequilla, sal, pimienta y el otro huevo batido. Lo ponemos al microondas a máxima potencia durante 6 minutos.

Lo sacamos y dejamos que se temple un poco para que al remover no vaya a salpicarnos y quemarnos.

Cuando este más templado le vamos incorporando poco a poco los copos de patata a la jarra y vamos removiendo, en mi caso lo hago con unas varillas porque me resulta más fácil. Vamos añadiendo y removiendo hasta echar toda la bolsa, sobre todo que no queden grumos en el puré para que quede más bueno

Sacamos la carne del horno con cuidado de no quemarnos le añadimos el tomate frito por encima y lo extendemos bien con ayuda de una cuchara.

Echamos el puré por encima de la carne y del tomate frito formando una capa gruesa y nos ayudamos de una lengua de repostería para que no quede puré en la jarra y repartirlo mejor en la bandeja.

Por último echamos por encima del puré el queso rallado procurando repartirlo bien. Y lo volvemos a meter al horno esta vez 10 minutos a 220º.

Y ahora si ya está listo para comer, el gusto es increíblemente bueno