(γ) —Diario de mi Yorky—
Si me lo cuentan, no me lo creo. A ver, la semana pasada hubo un día festivo, que me habría sentado genial, pero en el que no me pude divertir. Me explico: obviamente, me encanta que mi familia se junte, haga una buena comida y brinde por todo lo que se les ocurra, pero claro, si la noche anterior nos vamos a ver las estrellas y nos pasamos varias horas con el telescopio de arriba para abajo hasta las tantas, me agotó y al día siguiente no soy yo misma y ya no puedo disfrutar de la fiesta. Que sí, que mi madre siempre me dice que si la vida me da limones, haga limoncello, pero todos tenemos un límite. Y yo me pregunto, no podían hacer esto de manera escalonada…. Yo es que así no puedo. ¡No puedo!
Además sigue el calor, por lo que mis paseos en coche se han limitado a número jamás vistos, ya no es que no me lleven, sino que se van con las motos, y están convencidos que no me pueden llevar en la mochilita, y yo digo: ¡Hello! Para eso la comprasteis, ¿verdad?; pero nada, me sigo quedando con los demás, en casa. Menos mal que al jardín sólo voy cuando a mí me da la gana.
Pero tengo ya un plan definido, y no me pienso saltar ningún paso, como el verano pasado me diagnosticaron problemas respiratorios, este mes que ya empieza, vamos a ir mucho al médico; en esos ratos de abandono, he entrenado la tos, y creo que ya le tengo el punto cogido. Estos se van a enterar. Creo que si todo me sale bien, hasta me comprarán un carrito nuevo.

#MyLittleYorkysTale