Estirar la masa entre dos papeles de horno, mejor con un rodillo regulable para obtener el mismo grosor, aunque si no tienes uno también puedes usar dos varillas y ponerlas a cada lado. Mete la masa a la nevera durante una media hora.

Mientras se enfrían las galletas, aprovecha y prepara la glasa, yo en lo personal uso un preparado al que solo se le agrega agua, me parece mucho más fácil. En tiendas de pastelería puedes encontrar diferentes marcas.

Hacer solo una pequeña cantidad de glasa ya que rinde bastante, cuando la hagas añade un poco más de agua para obtener una consistencia media, eso quiere decir que al pasar la cuchara el surco desaparece en 15 segundos.

Separar la glasa en dos y teñir una en rojo y la otra parte en negro, para el negro primero añadir un poquito de agua con cacao y luego el colorante, eso ayuda a conseguir el color negro mucho más fácil, si no haces eso te costará y conseguirás un color gris.

Yo para delinear mejor con la galsa, primero dibujo la galleta con un rotulador comestible, y luego voy siguiendo las líneas con la manga.

Como último paso, yo las "ensucio" un poco con colorante en polvo marrón y negro, con ayuda de una brocha, pero es opcional, aunque a mí me gusta el efecto que les dan.