Lo primero que tenemos que hacer es sellarlo en la sartén, preferiblemente sin nada de aceite, para que conserve sus jugos durante el horneado y no se nos seque. Debe ser un sellado rápido con la sartén muy caliente.

A continuación preparamos la guarnición de patatas. Las pelamos y cortamos en rodajas no muy gruesas y las cocemos previamente unos siete minutos en el microondas tapadas con papel film con una salsa gotitas de aceite, un dedo de agua y sal. Para que se ablanden y no salgan duras del horno. También pueden prepararse en lékué.

Ahora ponemos las patatas semi tiernas en la fuente del horno, el solomillo salpimentado y aderezado con tomillo, los ajos enteros cortados por la mitad, y le añadimos el caldo de carne (también podemos poner una pastilla de caldo disuelta en agua) y el vino. Con estos sencillos ingredientes conseguiremos una salsa ligera y muy sabrosa. A las patatas les sienta también de maravilla. Horneamos a 180 grados durante al menos 25-30 minutos.

Una vez fuera del horno, dejamos que repose unos cinco minutos y ya estará listo para cortarlo y servir. Con este asado cualquier día puede ser especial en nuestra mesa. Buen provecho a todos.