Primero debemos preparar un prefermento llamado poolish y para ello mezclamos 200 gramos de harina panificable y 200 gramos de agua. Depende del tiempo que vayamos a dejarlo fermentar echaremos un cierta cantidad de levadura fresca, para 24 horas 10 gramos y para 48 horas 5 gramos. Yo personalmente recomiendo el de 48 horas, tapamos el bol con film transparente y reservamos en la nevera. Cuando hagamos el roscón sacaremos el poolish una hora antes de la nevera para que atempere.

Pasado el tiempo de reposo incorporamos bien la mantequilla pomada.
Una vez tengamos la mantequilla bien incorporada, enharinamos la mesa de trabajo y amasamos durante cinco minutos.

Pasamos la masa a la mesa de trabajo a la cual habremos untado un poco de aceite de oliva, en este momento es cuando debemos dividir la masa en dos partes si queremos sacar dos roscones medianos.

Con la ayuda del mazo de un mortero al cuál le habremos untado un poco de aceite, haremos un agujero en el centro presionando hasta tocar la mesa. Vamos agrandando el agujero hasta formar el roscón redondo ayudándonos de nuestras manos.

Batimos el huevo sobrante y con la ayuda de una brocha le damos doradura al roscón.
Ahora esperaremos a que duplique su tamaño, mientras vamos preparando los ingredientes para decorarlo y calentamos el horno a 180 grados.

Cuando veamos que el roscón ha subido lo suficiente (15 o 20 minutos), volvemos a darle otra mano de doradura y empezamos a decorarlo poniendo las rodajas de naranja enteras o cortadas por la mitad y las cerezas también cortadas a la mitad, presionamos sólo un poco con cuidado de no desgasificar el roscón. También podéis poner trocitos de fruta escarchada (Con el vaso en el centro evitamos que el agujero se cierre)

Y al horno durante 20 a 30 minutos, depende del tamaño del roscón y del horno, ir vigilando el dorado deseado.