Precalienta a 160ºC con calor arriba y abajo con ventilador. Esta función la he visto en la mayoría de hornos, es un modo que suele llevar el dibujo de unas aspas. Si tu horno no tiene pon calor arriba y abajo.

Hice poca cantidad porque no soy muy galletera y quería salvar el pobre plátano que se me estaba quedando pocho. Creo que admitiría una cucharada más de avena, no hace falta que sean rasas pero tampoco cucharadas dobles. Si el plátano está bien maduro costará menos machacarlo y mezclarlo bien con el resto de ingredientes.

Cuando llevaba la mitad de las galletas puestas en la bandeja caí en que tenía avellanas para darles un toque crujiente. Así que cogí medio puñado (6-7 avellanas) y lo piqué con un cuchillo de cocina. Si primero las aplastas con el lado llano del cuchillo o con una tabla te costará menos de picar luego y mezclar con la masita.

Pon papel de horno en la bandeja para hornear. Coge porciones del tamaño de una cucharada pequeña y ponlas sobre la bandeja. Redondéalas un poco con ayuda de la cuchara.

Aplasta con cuidado la bolita y ve haciendo movimientos circulares para darle forma aplanada redonda. Procura dejar distancia entre las galletas para que no se peguen y se cocinen bien los bordes.

Con la bandeja lista y el horno caliente, las metemos a hornear 20 minutillos o hasta que notemos que los bordes se doran.

Entonces las sacamos y con mucho cuidado de no quemarse ni romper las galletas las despegamos del papel con ayuda de un cuchillo y les damos la vuelta para hornear 5 minutillos más. Así perdemos un extra de humedad mejorando su conservación después.