Tostamos un poquito las avellanas y trituramos las avellanas tipo polvo.

En segundo lugar, montamos por separado la nata y las claras, añadir un pellizco de bicarbonato a éstas, reservamos.

En un poco de agua fria, ponemos la gelatina en remojo, 6 por un lado y el resto, 4 por otro.

Con un poco de margarina untamos un molde desmontable, por los lados y en la base .

Trituramos las galletas y mezclamos con la margarina, ponemos en la base y repartimos uniformemente, metemos en la nevera.

Calentamos la leche Ideal y antes de hervir incorporamos las avellanas y damos vueltas por 3 minutos, sacamos del fuego, añadimos la leche condensada y mezclamos.

Dejarla enfriar, metemos en el congelador durante 15 minutos. Sacamos y montamos para que coja aire, dejamos mientras en la nevera.

Derretimos el chocolate blanco al baño maría o en el microondas.

El paso siguiente es muy importante hacerlo así, a la nata añadimos el azúcar y batimos un poco para que se mezclen.

Esta masa la ponemos en un bol grande, las claras, el chocolate derretido, la mezcla de avellanas con las leche y las 6 hojas de gelatina.

Con mucho cuidado, con ayuda de una lengua de cocina mezclamos todo con movimientos envolventes, de abajo a arriba, hasta que sea una mezcla homogénea.

La vertimos en el molde y metemos en el congelador, por un espacio mínimo de 2 horas.

Pasado este tiempo, haremos la capa superior.

En un bol, al baño maría o en el microondas, derretimos el chocolate negro junto con una cucharada de mantequilla, luego añadimos las cuatro hojas de gelatina y removemos todo hasta que se mezclen bien, mantener caliente.

Sacamos el molde de la tarta del congelador y ponemos por encima. Volvemos a congelar.

El día de consumir la tarta, la sacamos del congelador, desamoldamos la tarta con cuidado. Decorar al gusto.