Tamizar la maicena y harina leudante unas tres veces. Los ingredientes marcados con * son opcionales dependiendo de si quieres tus alfajores planos (SIN polvo de hornear y bicarbonato) o levantados y que crezcan un poco (CON polvo de hornear y bicarbonato). Yo buscaba una receta donde no levaran porque iba a apilarlos, es por eso que hago la aclaración.

La mantequilla tiene que estar manejable pero ligeramente fría. Colocarla en un bowl y mezclar con el azúcar impalpable previamente tamizado para evitar posibles grumos.

Agregar las yemas de a una, uniendo bien entre yema y yema, ya que el azúcar puede cocinarlas y formar grumitos de yema que no queremos en nuestra masa.

Luego de esto, se agrega la esencia de vainilla y la ralladura del limón, batir solo para unir.

Ir agregando los ingredientes secos tamizados de a poco, cuidando las paredes del bowl porque siempre se queda masa ahí y no hay que desperdiciar nada. Cuando se agrega la última tanda de harina y maicena, la masa ya no es tan manejable con espátula o lo que sea que usen para mezclarla, así que ayúdense con la mano para terminar de integrar la masa. Ojo, no hay que amasar, sino los alfajores saldrán muy duros.

La textura de la masa es suave, muy tierna cuando se acaba de integrar, envolver con papel film y dejar descansar en la refrigeradora (abajo si la van a usar pronto, y arriba en el congelador si piensan usarla después, se puede congelar hasta dos semanas). Lo ideal es que hagan la masa por la noche y horneen al día siguiente, en la refri debe descansar por lo menos seis horas.

Finalmente, dejarlos reposar una media hora en la parte de abajo de la refri, y luego servir. Yo los usé en la mesa dulce navideña y también los regalé en una cajita que yo misma hice. Quedan muy monos y ricos.