Cortamos la cebolla y los pimientos en cachitos pequeños y por separado.

En una sartén, cazuela... Ponemos los pimientos verdes a freír con un chorrito de aove y un poquito de sal, cuando los tengamos los retiramos y reservamos.

En el mismo aceite freímos el pollo previamente troceado y salpimentado, cuando lo vayamos teniendo hecho añadir la cebolla que se hagan bien y se integren.

A continuación echamos el tomate triturado, removemos bien y ponemos un poco el azúcar y el vino tinto integrando todo y llevamos a ebullición y tapamos, bajando después a fuego medio y dejándolo unos 15-20 minutos para que reduzca, si vemos que se nos queda seco añadir agua (yo necesité nada más que un chorrito así que añadí también una pastilla de pollo).

Pasado este tiempo añadir los pimientos verdes y remover, poniendo también sal y pimienta y cocinarlo todo unos 5-10 minutos más. Para terminar Comprobar el punto de sal y de acidez rectificando lo que haga falta. La textura tiene que ser más bien jugosa pero no líquida, luego siempre espesa un poco (mirad mi cazuela y mi foto principal 2 días después).