Cuando empiece a burbujear, añadimos sal, y vamos corrigiendo la acided del tomate añadiendo poco a poco azúcar. Vamos removiendo para disolver bien estos ingredientes.

Una vez que ya tengamos la corrección del sabor, añadimos pimienta y nuez moscada rallada al gusto y movemos la salsa. La dejamos que se cocine a fuego suave. Sabremos que la salsa ya está cocinada porque habrá cambiado la textura de grumosa, a una textura más suave. En el olor, habremos notado que ha perdido la acided. El color habrá cambiado a un rojo más oscuro.

Una vez pochado el pimiento y la cebolla, incorporamos la carne picada (pollo, mixta) y lo cocinamos. Salpimentamos la carne y añadimos ralladura de nuez moscada.

Una vez este la carne hecha, añadimos vino tinto y vamos removiendo hasta reducir el vino. Probamos y añadimos sal, pimienta o nuez al gusto.

Cuando la salsa ya esté cocinada, mezclaremos la carne y el jugo que ha soltado, con el tomate y lo cocinaremos a fuego lento dándole vueltas para que quede todo homogéneo.