Salpimentamos las pechugas de pollo, las cortamos en 3 trozos cada una y doramos a fuego vivo con la nuez de mantequilla. Ojo no se queme la mantequilla. Reservamos.

En la misma cazuela añadimos la cebolla caramelizada y el tomate concentrado y la harina y removemos para integrar todo.

Seguidamente añadimos el vino rancio y unos 125 ml de fondo de ave para formar una salsita no muy líquida.

Cuando empiece a hervir, bajamos el fuego a chup chup suave y añadimos el pollo. Tapamos y dejamos cocer.

Mientras, pelamos y cortamos la zanahoria en rodajas gruesitas, las patatas en trozos de bocado y las alcachofas en 6 trozos (estas las últimas para evitar que se oxiden).

Añadimos todas las verduras a la cazuela y dejamos todo tapado y removiendo suavemente de vez en cuando hasta que esté todo tierno. Vamos comprobando la textura de la salsa.

Para emplatar espolvoreamos cebollino picado y pimienta negra.