En primer lugar picamos los ajos lo más menudamente posible, los doramos con La guindilla y le añadimos las gambas peladas para preparar unas gambas al ajillo tradicionales. La salsita será fundamental para elaborar la masa de las croquetas, ya que contiene todo el sabor concentrado. Reservamos.

A continuación iniciamos la elaboración de la masa de croquetas haciendo un sofrito con aceite de oliva y puerro muy picado. Le agregamos la harina tamizada poco a poco para que se tueste y seguidamente las gambas al ajillo cortadas en trozos medianos con toda su salsa.

Rehogamos e inmediatamente incorporamos la leche, las especias y la nata líquida para cocinar hasta obtener una masa cremosa y a la vez consistente como podemos apreciar en la imagen. El truco para que nos quede muy cremosa y suave es la nata, veréis qué diferencia.

Dejamos reposar nuestra masa tapada unas dos horas para que se enfríe y sea más manejable para ir haciendo las croquetas.

En esta ocasión mi niña las ha hecho redondas, muy bien por cierto, ya que así le gustan más 😉. Preparamos el huevo batido con una pizca de sal, la harina y el pan rallado para empanarlas.

Ya solamente nos queda freírlas en aceite de girasol o de oliva a unos 175 grados unos tres minutos para que nos quede un dorado ligero.

Y listas para degustar su extraordinaria textura, croquetas súper cremosas y con todo el sabor de unas tradicionales gambas al ajillo. Hablan por sí solas... ¿Os lo vais a perder? Buen provecho a todos.