Comenzamos con la base de las mini tartitas. Para ello vamos a triturar las galletas y les añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos todo muy bien hasta que el color quede uniforme y las repartimos en los moldes. Yo he utilizado un molde de cupcakes de silicona para poder desmoldarlo con facilidad. Reservamos en el frigorífico.

Trituramos los 150 gramos de frambuesas y le añadimos unas gotitas de limón. Reservamos.

Calentamos el queso y la leche hasta que se disuelva. Dividimos la mezcla y añadimos las frambuesas trituradas.

Retiramos 50 ml de la mezcla sin frambuesas y diluimos el agar agar. Lo dividimos también y echamos una mitad a la mezcla de frambuesas.

Vertemos esta mezcla en los moldes de silicona con ayuda de un cazo para repartir la misma cantidad. Lo introducimos en el frigorífico. Para que la mezcla no quede horizontal sino inclinada y podáis conseguir el resultado de la foto lo que haremos es meter el molde apoyado sobre algo (yo he utilizado una botella de agua) y lo dejamos reposar unos 30 minutos.

Echamos la mezcla con el agar agar en la otra mitad de la mezcla de la leche y el queso y removemos de vez en cuando para que no llegue a gelificar hasta que pasen los 30 minutos.

Pasado el tiempo, colocamos los moldes horizontalmente de nuevo y añadimos la mezcla que nos queda. Dejamos en el frigorífico por al menos 45 minutos. A los 30 minutos ponemos una fresita encima.

Para decorar ponemos a calentar en una sartén los 50 g de frambuesas troceadas con el agua y la panela. Dejamos reducir y ¡Y listo!