Los cuatro quesos italianos, que generalmente se ponen en la pizza, son, la mozarela, el gorgonzola, el fontina y el parmesano, todos estos quesos son fundibles, se derriten sobre una base de salsa de tomate (rossa), o también hay recetas sin tomate (bianca), es una de las variantes más icónicas en los menús de pizzerías de Italia y en todo el mundo.
Las pizzas producidas en masa a menudo usan queso romano u otros quesos de origen italiano, aunque en un sentido amplio se pueden usar quesos no italianos, como el edam o el emmental.
A diferencia de otras variantes de pizza, como la napolitana o la margarita, que tienen una historia antigua, rica y documentada, la pizza 4 quesos, a pesar de su popularidad y preponderancia, tiene un origen menos claro, ciertamente debido a que su composición es tan obvia, se cree que se originó en la región de Lacio a principios del siglo XVIII.