No sé porqué, ya que este salmón tiene una esencia muy oriental🥢, pero mientras lo preparábamos —ya que sigo necesitando ayuda 🤕 para estar entre los fogones— me acorde de Irlanda🇮🇪(donde se entremezclan los seres mágicos y leyendas con la historia del propio país), y de su leyenda del salmón del conocimiento.
Cuentan que éste tenía una piel que brillaba como la plata, y vivía en el río Boyne, donde el viejo poeta Finnegas, llevaba años intentando pescarlo. El viejo poeta acogió en su casa, a un muchacho llamado Fionn y a cambio de que el joven limpiara la choza e hiciera la comida; el poeta le enseñó a escribir. Un día Finnegas regresó llevando en las manos el preciado salmón y, le ordenó a Fionn que lo preparara; éste se quemó el dedo con la grasa caliente que saltaba del salmón e, instintivamente, se llevó el dedo a la boca para tratar de calmar el dolor —de este modo se convirtió en el primer hombre que probaba el salmón del conocimiento, y podía conocer el futuro —. En ese momento Finnegas regresó a su casa y así se originó el poema por el que se transmitió esta historia. A día de hoy la leyenda dice que Fionn no ha muerto, sólo duerme en una cueva esperando el día en que Irlanda más lo necesite. Entonces, y sólo entonces, despertará para defenderla.
Receta aprendida gracias al taller (en diferido) de #CookpadHomeAcademy de @Irene_Guirao, aunque con algunos cambios por el camino.

#buenospropósitos