En primer lugar lavar la berenjena y córtala en rodajas de 1 centímetro aproximadamente. En una fuente amplia echaremos agua con gas fría y pondremos las berenjenas en remojo durante 15 minutos mínimo

Al cabo de ese tiempo te darás cuenta que el agua está oscura. Pon la harina en un plato hondo mézclalo con una cucharada de curry y una cucharadita de sal. Reboza las rodajas en la mezcla (sin sacudir el agua) y apartalas.

En una sartén pon aceite de girasol abundante y ponlo a calentar a fuego medio alto, cuando el aceite esté caliente procede a echar las berenjenas pero 4 0 5 cada vez, pues necesitarás espacio para darle la vuelta y los fritos deben hacerse con mucho aceite.

Freír por ambos lados (no se decir el tiempo pues depende del grosor de la temperatura del aceite) pero más o menos unos 3 minutos por cada lado cuando veas que se empieza a dorar es el momento de dar la vuelta, escúrrelas y apártalas en un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante. Sírvelas rápido pues deben comerse caliente. Para que estén crujientes por fuera y blanditas por dentro. Pasado un tiempo el rebozado pierde el crujiente y no es lo mismo.