En un bol machacamos los plátanos con ayuda de un tenedor. Cuando no queden trozos visibles de plátano en el puré que hemos hecho, añadimos todos los ingredientes húmedos: huevo, leche, miel, mantequilla de cacahuete y esencia de vainilla. Removemos todos los ingredientes para integrar y reservamos. Importante: si vuestros plátanos están tirando a verdes, yo añadiría otra cucharadita de miel.

En otro bol mezclaremos los ingredientes secos: avena, levadura, canela y sal. Removemos y añadimos a la mezcla anterior (la de ingredientes húmedos).

Removemos bien y tenemos nuestra masa preparada! Con ayuda de dos cucharas vamos cogiendo porciones y repartiendo las bolitas por una bandeja de horno.

Cada bolita la aplanamos ligeramente con la cuchara como veis en la foto porque al no tener mantequilla no van a "derretirse" y crecer tanto como las galletas tradicionales, y así les ayudamos a coger forma.

Ponemos la bandeja en el horno, precalentado a 175°C, durante 20 o 25 min. Os recomiendo que vayáis comprobando y las saquéis a los 20 minutos si veis que el borde está ya tostándose mucho. Yo las tuve 25 minutos! Después de ese tiempo sacamos la bandeja del horno y cuando sea posible trasladamos las galletas a una rejilla para que se enfríen.