Ponemos en el vaso los ingredientes para la masa madre y programamos 15 segundos, velocidad 4. Sacamos la masa del vaso y hacemos una bola, que pondremos dentro de un bol y que cubriremos con agua templada. Cuando la bola flote o doble su volumen. Cuando esté lista, la escurrimos y unimos al resto de los ingredientes, como os cuento en el paso 4.

Ahora ponemos en el vaso el azúcar y la piel de naranja para pulverizar 30 segundos, velocidad progresiva 7-10.
Añadimos, por este orden la masa madre, la leche, la miel, los huevos, la levadura fresca, el agua de azahar, la harina de fuerza y sal. Amasamos 3 minutos, velocidad espiga.
Volvemos a programar 2 minutos a velocidad espiga y por el bocal iremos añadiendo la mantequilla.

Cuando veamos que han doblado su volumen, precalentamos el horno a 180º.
Hornearemos durante 40 minutos. Para que no os pase como a mi, que empezaron a dorarse más de lo debido, cubrirlos con papel de aluminio o de horno, los últimos 20 minutos.
Como siempre comprobaremos si están hecho si los pinchamos con un varilla y sale limpia. Los dejamos enfriar y desmoldamos.