Lo importante es obtener una consistencia como de masa para hotcakes más bien espesa. Es bueno marcar el nivel donde lleguemos con un plumón o con una bandita elástica. Lo dejamos a temperatura ambiente o en un lugar cálido hasta el siguiente día.

Volvemos a repetir el procedimiento el día dos, es decir descartamos la mitad del contenido del frasco y rellenamos con 60 g de harina común y 50 g de agua. Mezclamos bien y dejamos a temperatura ambiente o en un lugar cálido.

Puede que en estos días subsiguientes Las burbujas se vuelvan más pequeñas o aparezca un poco de líquido en la superficie de la mezcla. Esto es totalmente normal. Descartamos el líquido en la superficie y continuamos normalmente. También puede ser que si estemos haciéndolo por volumen que estemos colocando más agua de la que necesitamos. Entonces intentar reduciendo un poco el agua en las próximas veces.

El procedimiento completo hasta que la masa madre esté lista puede tardar de 7 a 10 días. Nos daremos cuenta de esto porque un día cuando la veamos prácticamente saldrá del frasco y tendrá una espuma con burbujas grandes. Un consejo es ser pacientes y esperar porque mientras veamos burbujitas significa que está viva aún.

Una vez que haya alcanzado este punto podemos guardarla en el refrigerador y usarla cuantas veces queramos. Lo importante es alimentarla una vez por semana para que no se “muera”. Si la vamos a usar todos los días entonces si es conveniente mantenerla a temperatura ambiente, pero si no lo mejor guardarla en el refri.