Por cuestiones de trabajo, no dispongo de tanto tiempo como desearía, pero cuando así es, uno de mis lugares favoritos es la cocina. Desde chico me gustaba mirar como cocinaba mi madre y otras personas, y a los seis años empecé a coleccionar recetas que recortaba y pegaba en un cuaderno. Comencé a cocinar desde niño pidiéndole a mi madre que me deje ayudarla o haciendo algunas preparaciones sencillas; ya en la adolescencia, hice mis primeras armas en la parrilla, para más luego ir animándome a las ollas y sartenes, de los cuales no me he podido alejar.