Mi abuela cocinaba muy rico, si bien había trabajado fuera de casa, en la época en que le tocó cuidarme, se dedicaba enteramente a las tareas del hogar. Como buena hija de italianos, cultivaba sus hortalizas, criaba gallinas y tenía un gran parque con árboles frutales. Todo era orgánico en aquellas épocas. Recuerdo haber pasado horas, de pequeña, abriendo chauchas con arvejas. Dulce o salado todo llevaba mucho tiempo de preparación y el sabor era inigualable. Cada vez que preparó algo elaborado la recuerdo y siento que aún la tengo conmigo. Me encanta compartir esas sensaciones con mi familia.