Croquetas de pollo sin gluten

Empieza hirviendo las verduritas diez minutos y luego añade el pollo troceado y sigue hirviendo otros cinco minutos.

Mientras tanto, bate dos huevos y pon la leche en un plato hondo donde vas a remojar las rebanadas de pan de molde, sin gluten y sin corteza, por ambos lados. Escurre bien y desmenúzalo.

Por otro lado tritura el pollo hervido pero que no quede un puré y añade la cebolla picadita, el bacon picado bien chiquitito también, la miga de pan remojada con leche y tres cucharadas de queso rallado, los dos huevos batidos y mézclalo todo.

Sazona la mezcla con un poquito de sal, un poquito de pimienta, pimienta negra molida y un poquito de nuez moscada también molida. Y después de mezclarlo todo deja reposar la masa tapada con un papel film por media hora.

Mientras, prepara una rica salsa de puerros con aceite de oliva virgen, leche, un poquito de harina, queso rallado y un puerro.

En una sartén con 4 o 5 cucharadas de aceite sofríe el puerro picadito bien chiquitito y en un cazo calienta una taza de leche.

Cuando el puerro ya está pochado, añade una cucharada de harina sin gluten, déjala cocer para que pierda el sabor de harina e incorpora la leche caliente en pequeñas cantidades y sin parar de remover para que no se formen grumos y quede una salsita bien fina.

Cuando ya tengas una salsa espesa pero suave, echa un poquito de sal, pimienta y nuez moscada. Remueve y sólo falta triturarla En casa nos gusta así, tal cual, pero si prefieres que quede una salsa fina, finísima la tienes que pasar por un colador chino y te va a quedar espectacular.

Ahora que ya tienes la salsa hecha, destapa el picadillo y dale forma a las croquetas. Con las manos humedecidas, coge pequeñas cantidades de picadillo, dales la forma alargada y, si vieiras que te ha quedado una masa muy blanda, añade un poquito de pan rallado sin gluten.

Pasa las croquetas por clara de huevo batida, luego por pan rallado sin gluten y, después de rebozarlas todas, dales una segunda capa de pan rallado, así quedan más firmes.

Para freírlas te aconsejo que cojas un cazo pequeño con mucho aceite, dos o tres dedos y que esperes a que esté bien caliente para añadir las croquetas y vete friendo de tres en tres o de cuatro en cuatro, dependiendo del tamaño. De este modo el aceite no se enfría y las croquetas no se van a romper.

Déjalas un par de minutos por cada lado y cuando ya están doraditas pásalas a un plato con papel de cocina. En pocos minutos pásalas al plato donde las vayas a servir para que no reabsorban el aceite.