Calentamos ligeramente la leche y diluimos el café soluble hasta que no quede ni un grumo.

Blanqueamos el huevo con el azúcar.

Cuando haya cogido volumen añadimos, sin dejar de batir, el aceite en forma de hilo.

Después la leche con el café.

Y después la mezcla de harina y levadura en tandas para integrar bien.

Guardamos la masa en la nevera mientras precalentamos el horno a 200°.

Ponemos los moldes de magdalenas de papel sobre en una bandeja (yo pongo debajo otros de silicona para evitar que se abran los de papel al poner la masa).

Ponemos 1 c.s. de masa, añadimos unas pepitas de chocolate, cubrimos con otra c.s. de masa y más pepitas. No debe sobrepasar 3/4 de la capacidad del molde.

Espolvoreamos azúcar y horneamos unos 15 minutos o hasta que la prueba del palillo salga limpio.

Sacamos y dejamos enfriar en una rejilla.