Pondremos una cazuela de barro grande en el fuego y le añadiremos un chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente añadiremos la cebolla y los ajos picados finos. Sofreímos ligeramente.

Pelamos las patatas y las chasquearemos porque así sueltan toda la fécula y el guiso se espesará mejor.

Para chasquear hay que hundir el cuchillo y en vez de cortar hay que estirar para trocear.

Ponemos las patatas en la cazuela y daremos un par de vueltas para que vayan absorbiendo los sabores del sofrito.

Pondremos el fuego fuerte hasta que vuelva a hervir, entonces taparemos la cazuela y dejaremos hervir con el fuego bajo, controlando no se quede sin caldo. Añadiremos agua si es necesario.

De vez en cuando movemos la cazuela haciendo vaivén para que las patatas suelten el almidón. Probaremos de sal ya que el caldo de pescado ya lleva sal y a lo mejor no es necesario ponerle.

Dejaremos cocer unos dos minutos, ya que hay que cocerlo muy poco, y apagamos el fuego.

Hay que dejarlo reposar unos 10 minutos antes de servirlo.

Os recomiendo que veáis el vídeo para una mejor comprensión de todo lo explicado.

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