Agregar en un bowl los huevos y el azúcar y batir a mano, con fuerza y medianamente rápido, hasta formar una crema blanquecina. Debe quedar medianamente ligera, similar a como queda la mezcla del bizcochuelo comprado.

Nota: No te preocupes por sentir el azúcar granulado, no se va a disolver todo el azúcar en esta etapa.

Preparar la taza de leche y agregar el café (si quieren un sabor más intenso pueden agregar una cdta. más de café y menos cantidad de vainilla). Revolver hasta que se disuelva bien el café en la leche y luego incorporar a la mezcla de huevo.

Una vez que quedo bien incorporada la leche, agregamos el aceite y la esencia de vainilla a la mezcla y batimos hasta homogenizar.

Nota: El batido debe ser suave, no muy rápido, es solo para mezclar bien los ingredientes.

Preparamos las 2 tazas de harina y le agregamos el polvo para hornear. Revolver para que se disperse y mezcle con la harina y luego, si pueden, tamizar la harina para que no queden grumos.

Yo no tengo tamizador, así que incorporo la harina de a muy poquito y revuelvo muy suavemente para incorporarla a la mezcla antes de agregar otro poco de harina.

Nota: Este paso puede tardarse un poco si no se tiene tamizador. Tener paciencia evitará que la mezcla se aplaste demasiado.

Precalentar el horno a fuego muy bajo (cada uno conoce su horno y sabe cual es la temperatura más baja que puede tener) y mientras enmantecamos y enharinamos un molde de 24 cm (molde mediano), si no tienen manteca pueden aceitar y luego enharinar. Pasamos la mezcla al molde y luego al horno por 50 minutos aprox.

Nota: Recomiendo colocar el molde en el medio del horno para que reciba calor por debajo y por encima.