Empezaremos troceando las patatas y la media cebolla, el tamaño no importa mucho (el tiempo de la cocción dependerá del tamaño que hayamos cortado la patata) yo la corté en un tamaño medio y las cocí durante 17 minutos.

Mientras se van cociendo las patatas y la cebolla, en un bol ponemos la sal, la nuez moscada, la leche y la maicena y mezclamos muy bien hasta que se quede bien fino y sin grumos.

Ahora que ya tenemos cocidas las patatas y las cebollas, las sacamos y las ponemos en un bol. Las machacamos con un tenedor, con unas varillas o con lo que queramos hasta que se quede bien fino y sin grumos.

A continuación juntamos las dos mezclas, mezclamos bien y las ponemos en una manga pastelera con una punta de un centímetro aproximadamente.

Nosotros lo hemos hecho con la forma tradicional de los jeringos en forma de rosca y los llamamos jeringos de patada.