Ensalada con Ficoide glacial

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Santiago de Compostela

El último descubrimiento en mi cocina ha supuesto una revolución.
El ficoide glacial, hierba helada o barrilla, es una hierba con una apariencia que recuerda al escarchado.
La principal característica de esta hierba, a la hora del consumo, es su sabor salado. De hecho, hace años, fue utilizada para la obtención de sosa cáustica.
Pero no nos asustemos, tiene un punto exacto de salado. También posee otra característica que la hace muy atractiva para las ensaladas, y es un punto crujiente que provoca un estallido de frescor en la boca.
Esto es de esas cosas que es muy difícil explicar, que hay que experimentar.
Por lo tanto, se convierte en un gran aliado para darle un toque de frescor a nuestras ensaladas.
Eso sí, hay que tener en cuenta su punto salino a la hora de agregar sal a nuestra ensalada. Tendremos que cortarnos un poquito.

Ensalada con Ficoide glacial

El último descubrimiento en mi cocina ha supuesto una revolución.
El ficoide glacial, hierba helada o barrilla, es una hierba con una apariencia que recuerda al escarchado.
La principal característica de esta hierba, a la hora del consumo, es su sabor salado. De hecho, hace años, fue utilizada para la obtención de sosa cáustica.
Pero no nos asustemos, tiene un punto exacto de salado. También posee otra característica que la hace muy atractiva para las ensaladas, y es un punto crujiente que provoca un estallido de frescor en la boca.
Esto es de esas cosas que es muy difícil explicar, que hay que experimentar.
Por lo tanto, se convierte en un gran aliado para darle un toque de frescor a nuestras ensaladas.
Eso sí, hay que tener en cuenta su punto salino a la hora de agregar sal a nuestra ensalada. Tendremos que cortarnos un poquito.

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Ingredientes

10 minutos
4 raciones
  1. 4 ramosficoide glacial
  2. 1lechuga romana
  3. 1 puñadotomates cherry
  4. 1naranja
  5. 1 puñadorúcula
  6. 1 puñadopistachos crudos pelados
  7. 150 grsqueso feta cortado en cuadraditos
  8. Sal gruesa
  9. Vinagre
  10. Aceite de oliva virgen extra

Paso a paso

10 minutos
  1. 1

    Limpiamos bien las ensaladas, dejándolas bien secas, o con la ayuda de un escurridor o de un centrifugador de ensalada.

  2. 2

    Cortamos los tomates por la mitad.

  3. 3

    Pelamos la naranja muy bien, eliminando también la piel blanca, o mesocarpo, de forma que sólo veamos la carne de la misma.

  4. 4

    Cortamos cada gajo de la naranja, de tal forma que quede libre de pieles, o lo que es lo mismo, de tabiques. Le retiramos las pepitas, en caso de que tengan.

  5. 5

    Disponemos en la fuente la mezcla de ensaladas, los tomates, la naranja, los pistachos y el queso.

  6. 6

    Aliñamos echando los ingredientes en el siguiente orden. No es un capricho, sino que tiene su razón. Por ejemplo, si echamos primero el aceite, este creará una capa sobre la ensalada de tal forma que no penetre el vinagre, de tal forma que, o bien tenemos que echar más vinagre del necesario o bien quedaría mucho líquido en la ensalada.

  7. 7

    Por ello vamos a echar primero el vinagre, después el aceite y, finalmente la sal. Mi abuelo siempre decía "la ensalada bien salada, bien aceitada y poco avinagrada". Tengo que admitir que, durante muchos años, recordaba estas sabias palabras de mi abuelo a la hora de aliñar las ensaladas. En cuanto a la sal, sale mucho más rica la ensalada si la usamos gruesa que fina, pues le da un toque crujiente muy agradable.

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
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Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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