Ponemos a freír todo juntito. Yo uso para freír aceite de girasol, pero cada persona que lo haga a su gusto. Cuando esté todo blandito y casi en el punto de sacar, añadimos la sal en el aceite. A mí se me olvidó y la añadí después, pero prefiero ponerla en el aceite porque queda en su punto justo.

Una vez listo, dejamos reposar un poco y batimos 4 huevos (o los que os gusten, dependiendo de si os gusta más o menos jugosa). Mezclamos bien y en una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva y cuando esté caliente vertemos la masa.

Dejamos que se haga por un lado y luego por otro. Dependiendo de si la preferimos más cruda o más cuajada, la dejaremos más o menos tiempo al fuego.

Y ya está lista para servir y disfrutar.