Al día siguiente preparamos ya nuestro roscón. Mezclamos el fermento previo, con la harina de fuerza, la levadura fresca, la panela con las ralladuras de limón y naranja, los huevos, el aceite, en una esquina de nuestro bol echamos una pizca de sal sin que toque la levadura, la infusión de leche tibia y las cucharaditas de ron y agua de azahar. Con ayuda de una máquina amasadora mezclamos todos los ingredientes, amasando alrededor de unos 15 a 20 minutos.

Cuando tengamos una masa flexible, la dejamos fermentar hasta que doble su volumen, alrededor de 2 horas. Pasado este tiempo, vamos a quitar el aire a la masa y la dejamos reposar 10 minutos. Ahora es cuando vamos a dar forma a nuestro roscón intentando no apretar mucho la masa y cuando tengamos la forma deseada, la pincelamos con huevo y es cuando podemos meter la haba y el regalo. Lo fermentamos por segunda vez ya en nuestra bandeja de horno, entorno a 1h 30 min o 2 horas

Una vez fermentado nuestro roscón, vamos a precalentar el horno a 180°. Lo pincelamos otra vez con huevo y lo decoramos a nuestro gusto. Lo introducimos en el horno a 165° con calor arriba y abajo y ventilador durante 20 minutos.