PARA LA MASA: Mezclamos en un bol grande todos los ingredientes, y una vez esté la mezcla homogénea, amasamos unos minutos más con las manos. Dejamos la masa, en forma de bola, reposar en la nevera, un mínimo de 2 horas.

PARA EL RELLENO: Pelamos y cortamos los nísperos, y en un plato hondo, lo mezclamos con el azúcar y el queso crema.

PARA LAS GYOZAS: Estiramos la bola en forma de cilindro y lo partimos por la mitad. Trabajamos cada una de las partes de forma individual; tomamos una y la estiramos más, de tal manera, que nos quede una barrita de unos 20 cm de largo por 3 cm de ancho; la cortamos en pedazos de un dedo y medio de grosor.

Con los dedos, le damos forma redonda a cada uno de estos pedazos. Y con la ayuda de la base de la mano, damos más forma, quedando unos círculos gorditos; ya con el rodillo, estiramos los bordes para que estos sean mucho más finos que el centro, y así no se rompan con el relleno.

Calentamos en una sartén antiadherente, un poco de aceite de oliva virgen extra, y cuando esté caliente, colocamos las gyozas. Las dejamos a fuego medio, hasta que la base se dore. Momento en el cual, añadimos un par de cucharadas de agua mezclada con harina de maíz -la justa, para cubrir la base-, tapamos y dejamos de 6 a 8 minutos, para que se hagan al vapor.