Empezamos agrupando los ingredientes para las magdalenas. Ponemos a precalentar el horno con calor arriba y abajo a 180 grados y engrasamos las cápsulas de magdalenas.

En un bol amplio echamos el azúcar y el huevo y con ayuda de unas varillas eléctricas batimos hasta que blamqueen y aumenten el volumen. Agregamos el aceite y volvemos a batir hasta que el aceite esté totalmente integrado. Incorporamos el agua de azahar y volvemos a batir.

Añadimos la harina y la levadura tamizadas y con ayuda de una espátula y con movimientos envolventes lo mezclamos todo bien. Vertemos la mezcla en las cápsulas hasta la mitad y llevamos nuestra bandeja al horno. Dejamos que las magdalenas se hagan unos 15-20 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Dejamos enfriar dentro del horno.

Ponemos un cazo al fuego con la nata y cuando vaya a romper a hervor añadimos la mantequilla y dejamos que se derrita, sin dejar de remover. Agregamos el chocolate, yo usé uno 70% de cacao que le da un sabor muy potente, pero podéis usar chocolate con leche, blanco..., el que os guste. Dejamos que el chocolate se derrita, no dejeis de remover.

Pasamos el contenido del cazo a un cuenco y sacamos nuestras magdalenas del horno.

Sacamos las magdalenas de las cápsulas de silicona y las mojamos en el chocolate. Colocamos las magdalenas sobre una rejilla y dejamos que se enfríe el chocolate.

Ya tenemos nuestras magdalenas listas, con un café, un vaso de leche, un chocolate... tenemos una merienda o desayuno de lujo.