AMASADO A MANO:

Disolver la levadura con un poquito de leche tibia. 
En un bol grande mezclar harina y sal.
Hacer un hoyo en el centro e introducir la levadura disuelta, el resto de leche tibia, mostaza, mantequilla a punto pomada y el queso cheddar rallado. 

Ir mezclando poco a poco con las yemas de los dedos hasta que los ingredientes estén integrados, luego, amasar durante 15 minutos. 
La masa debe estar lisa y elástica.

PARA HACER LA TRENZA: 

Una vez que la masa está pronta, espolvorear con harina la mesa de trabajo y amasarla apenas para quitarle el aire.

Dividirla en tres partes iguales. 

Cada parte, estirarla un poquito con la punta de los dedos en forma rectangular y enrollar poco a poco apretando los bordes.

Una vez terminado estirar en forma de cilindro de unos 25 centímetros de largo.

Repetir lo mismo con cada trozo de masa y hacer tres tiras iguales.

Sobre una bandeja forrada con papel de horno poner las tres tiras de masa unidas en una punta y trenzar, unir bien las puntas al comienzo y al final. 

Una vez que la ponemos en la placa para horno, por debajo del plapel ponerle de cada lado, como muestra la foto, un paño de cocina enrrollado. 

Cubrir con un paño y dejar reposar hasta que duplique su tamaño. 

Precalentar el horno a 200 grados, arriba y abajo.

Una vez que ha duplicado su volumen, quitar los paños de los lados. 
Pintar la trenza con huevo batido y ponerle por encima semillas de amapola. 

Cocinarla en el horno precalentado a 200 grados durante unos 35 minutos. 

Tiene que estar doradita. 

El tiempo de cocción puede variar dependiendo de la manera de cocinar de vuestro horno personal. 

Tiene que estar también dorada por abajo, en caso que se dore mucho por arriba y aún le falte cocción por abajo, cubrirla con un trozo de papel de aluminio y continuar la cocción. Retirarla del horno y dejarlala enfriar sobre una rejilla.