Colocamos en el bol de la batidora la manteca junto con el azúcar clase y batimos hasta que nos quede una masa homogénea. Añadimos las almendras molidas y continuamos batiendo. Cuando tengamos una mezcla más o menos arenosa, añadimos el huevo y la canela y continuamos batiendo hasta que quede bien integrado. Mezclamos la harina junto con la levadura y lo vamos añadiendo poco a poco a la batidora hasta que nos quede todo mezclado. Sacamos de la batidora y terminamos de amasar a mano.

Es una masa que queda muy arenosa y es un poco difícil de trabajar, pero el resultado merece la pena. Cuando la tengamos completamente integrada, la envolvemos en papel film y la metemos a la nevera durante al menos unos 20 minutos.

Sacamos la masa y la estiramos entre dos papeles de hornear hasta que quede de un grosor de unos 2 cm. Cortamos con un corta pastas de la forma que más nos guste y colocamos sobre una bandeja lista para hornear. Precalentamos el horno a 180 °C y horneamos durante 10 minutos. Los sacamos y los dejamos enfriar. Cuando estén bien fríos los espolvoreamos con azúcar glas.