La primavera ya está aquí, aunque hace frío y llueve, esta vez no se la ha quedado para sí El Corte Inglés.
Mis árboles comienzan a florecer, los pájaros ya se desgañitan por las mañanas y mi jardín, en breve, será una selva. Esto inequívocamente me lleva a pensar en la avalancha de turista que tendremos dentro de pocas semanas —sí, aquí en mi esquinita verde, también llegan, en especial los nacionales, pero los hay de todas las formas y colores—. Así que pensando en ello, mientras volvía, de nuevo, del vet, me preguntaba con qué estilismo nos sorprenderían esta temporada. Yo no soy muy coqueta, pero lo de los veraneantes alcanza cuotas inimaginables. Hasta hace poco combinaban camisetas de flores con faldas de rayas y chanclas de estampado animal, y tan contentos que iban por la vida, sin hacerse ningún tipo de malasangre por el asunto y sin demostrar pudor alguno. ¿Por qué pasaba esto?¿Es porque aquí no temían encontrarse con un conocido? o ¿por qué hasta su sentido de la estética se había ido de vacaciones? Pero ahora, de unos años a esta parte, estamos en el otro extremo: la fashion-playera que va con plataformas al borde del dislocamiento de tobillo, pareo a juego con el bikini (o triquini) —imposible de llevarlo de una manera “casta”—, pulseritas que combinan con las trencitas del pelo y que beben Cosmopolitans como si fuera Estrella, en el creen: el chiringuito más exclusivo de todo el litoral gallego.
¿Qué nos deparará esta temporada?

—SEMANA1—
#DelantalCookpad2025