Primer paso: vamos a batir los huevos un poquito y reservaremos 1/4 de esa preparación para pintar la pasta frola cuando la llevemos al horno. El resto de los huevos los mezclamos con la manteca, el azúcar, la esencia, la ralladura y el licor.

Añadir la harina y unir todo ¡SIN AMASAR! Formar un bollo tierno, cubrirlo con un reparador o una bolsita y dejarlo descansar en la heladera 1/2 hora.

Estirar la masa y tapizar una tartera enmantecada (yo usé una pizzera). Reservar los sobrantes de masa para las tiritas de arriba.

Para el Relleno: pisar con un tenedor el membrillo junto con el agua (o vino) en una caserolita y calentar a fuego lento hasta que quede bien disuelto (tipo una mermelada bien espesa)

Rellenar la tarta con el dulce. Estirar la masa sobrante de unos 3 milímetros de espesor, cortar tiras y disponerlas sobre el relleno, formando un enrejado.

Al huevo batido que separamos al principio, le agregamos una cucharadita de azúcar y otra de leche, mezclamos y pintamos el enrejado muy bien para que quede bien brillosa y dorada nuestra pasta frola.

Llevar al horno precalentado a 180°C y cocinar por unos 40 minutos aproximadamente.

Retirar una vez cocida y dejar enfriar a temperatura ambiente. Servirla espolvoreada con azúcar impalpable o coco rallado si se desea.

La masa frola se puede usar para otro tipo de tartas dulces, pasteles dulces, galletitas y tartitas.
**Si no te gusta el membrillo, reemplaza por la misma cantidad de dulce de batata o dulce de leche repostero (al dulce de leche agregalo directamente del pote, no hace falta que le agregues nada)