Poner el agua a calentar (sin que hierba) en un cazo.

Mezclar en una olla amplia la harina, azúcar y colorante.

Verter el agua caliente sobre la mezcla y remover bien, para evitar los grumos.

Poner la olla al fuego y calentar, removiendo constantemente (para que no se pegue), hasta conseguir el espesor deseado. Tener en cuenta que al enfriar aún espesa algo. Esperar que se enfríe un poco la crema.

Poner en un molde rectangular una capa de crema. Colocar encima 8 galletas remojadas en el Moscatel (pero sin dejarlas dentro del mismo, para que no se empapen demasiado). Repetir estos dos pasos dos veces más. Terminar (si ha sobrado) con una capa de crema, alisándola bien con una espátula.

Meter al frigorífico y dejarlo enfriar (mínimo 2 horas) para que se mezclen los sabores y se compacte bien.

Espolvorear, con un colador, cacao amargo por encima (si hemos terminado el pastel de galletas con la crema pastelera), o con el azúcar glass (si ha sido con las galletas).

Poner una cucharilla de postre (boca abajo) en el centro del pastel y espolvorear alrededor con cacao (o con azúcar glass).