Empezamos lavando y laminando los champiñones. Los cocinamos a fuego medio-alto con un toque de aceite, hasta que se evapore toda el agua que contienen y estén doraditos. Los sazonamos con sal y ajo granulado y los reservamos.

Ponemos en una olla agua a hervir para cocinar la pasta mientras se hace la bechamel, en mi caso la cociné 15 minutos, revisad las instrucciones de vuestro paquete de casarecce. En el agua introducimos 1 cucharadita de sal.

Cuando la bechamel haya espesado (igual estáis 6-7 minutos removiendo) añadimos 100 gramos de queso tierno cortado a taquitos, sal y dos cucharaditas de pasta de Trufa Blanca (foto 2). Integramos todo, probamos para corregir de sal al gusto, y está lista!

Ahora lo juntamos todo! La pasta cocida y escurrida, los champiñones salteados y la bechamel de trufa. Removemos para que la salsita esté bien repartida🤤

Pasamos la mezcla a un recipiente apto para horno y lo cubrimos de queso a vuestro gusto (en mi caso usé trozos de gruyère). Introducimos en el horno a 180° grados 10-15 minutos, y gratinamos 3-4 minutos más.