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Estos pastelitos son crujientes por fuera y tienen un corazón cremoso de queso, cebolla y nueces.Exquisitos!!

Algo parecido comí en Japón. No es igual, aunque se acerca, pero sólo eso. De hojaldre, frambuesa y caramelo iba la cosa. Pero, ¡oye! He creado mi propio pastel en el intento, aunque ya me gustaría descubrir los secretos de esa pastelería en Tokio.Es muy fácil de hacer y te salva de mañanas aburridas y grises, de febreros con un frío del carijo (ups, me ha salido un pareado). Y luego podrás disfrutar en la tarde de un cafecito con este rico pastel de hojaldre con base crujiente, debajo de las calientes mantas.

En su día me aventuré a hacer hojaldre casero, y el resultado fue espectacular.Aparte de asegurarnos que los ingredientes son totalmente fiables, puede aumentar mucho la calidad de nuestro hojaldre, siempre y cuando escojamos la harina y la mantequilla que nos ofrezca mayor garantía.No dudo, y de hecho muchas veces los uso, de que los hojaldres precocinados están ricos y, sobre todo, son cómodos. Pero muchos de ellos están hechos con margarinas o mantequillas de baja calidad.Aún así, ya sea con hojaldre hecho en casa u hojaldre comprado, nos podemos marcar unos pasteles caseros a la altura del maestro pastelero.

Me quedó masa y estaba lloviendo y algo dulce para el mate.

Estos pasteles son tradicionales de Grecia y resultan deliciosos con cualquier tipo de relleno salado o dulce.En esta ocasión los he rellenado con una mezcla de espinacas, frutos secos y queso feta griego. Pero también se pueden rellenar de espinacas con arroz y queso rallado; queso para untar con frutos secos y miel, etc.

Unos ricos pastelillos de masa Filo, crujientes en su exterior, y cremosos en el interior, son ideales para un brunch, aperitivo o tapas.

Un postre rico y sencillito para salir de un apurillo

Pastelitos Erika😋