En primer lugar empezamos cortando las guindillas secas en trozos de más o menos 1cm de grosor. Podéis comprar guindillas frescas y dejar que se sequen (dependerá del clima de donde vivís lo que tarden en estar) o comprarlas ya secas en el mercado!

Y aquí llega la parte larga: este tarro debemos dejarlo en un sitio fresco y oscuro durante al menos 2 semanas, para que coja todo el sabor posible de sus ingredientes! Podéis usarlo nada más se enfríe pero el sabor y el picante no serán nada potentes. La paciencia vale la pena!

2 semanas después, lo pasamos a una aceitera y listo para servir! Los ajos y las guindillas que he puesto en la aceitera son totalmente para decorar, si no os gusta verlos ahí no los pongáis! Yo lo uso para todo!! Para tostas con jamón o con queso, para freír champiñones, para el pisto... porque me encanta el picante!😅

PD: Es importante que tengáis en cuenta que el aceite que no cabe en la aceitera y se queda en el bote de cristal con los ajos y las guindillas sigue cogiendo sabor! Así que la tercera vez que sirváis del bote igual pica el doble que la primera🌶️❤️😂 Si no queréis que esto pase es tan fácil como colar el aceite pasadas las dos semanas, tirar los ajos y las guindillas y volverlo a poner en el bote ya sin ellos😉