Para la preparación del bizcocho, primero tenemos que separar las claras de las yemas, la claras la montamos a punto de nieve con 60g de azúcar, y las yemas las batimos con los otros 60g de azúcar hasta que doble su tamaño.
Cuando las tengamos bien montadas las claras y las yemas, procedemos a echar las claras en el bol de las yemas con un poco de esencia de vainilla y la mezclamos con una pala muy suavemente para que no se baje la mezcla.

Si queremos darle color a la masa del bizcocho le añadiremos el colorante que queramos.
Seguidamente le vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada, y la vamos integrando con movimientos suaves y envolventes para no quitarle el aire a las mezcla.

Ahora es cuando echamos nuestra preparación en la bandeja de horno, que la cubriremos con un papel de hornear para que nuestro bizcocho no se pegue en la bandeja, y con una espátula repartiremos la mezcla para obtener un grosor uniforme de 1 cm

Eguidamente, meteremos la bandeja en el horno a 180ºC durante 10 minutos, que previamente habremos precalentado.
Una vez pasados los 10 minutos, sacamos nuestro bizcocho, lo pasamos a un paño de cocina limpio, quitamos el papel de horno y lo envolvemos en nuestro paño de cocina muy despacio y sin romperlo, ahora solo tenemos que esperar que en fríe para comenzar a rellenarlo.

Mientras se enfría, vamos a hacer el merengue, echaremos en una máquina batidora las claras de huevo y las batiremos a media fuerza hasta que empiecen a espumar, ahora le añadiremos el azúcar poco a poco y la pondremos a máxima potencia hasta que quede bien consistente.
Una vez bien montado el merengue lo pasaremos a una manga pastelera y dejaremos en el frigorífico.

Cuando tengamos el bizcocho y el merengue frío, nos dispondremos a montar el rollo.
Lo rellenaremos de merengue, le pondremos las fresas en mitades a lo largo del rollo y volveremos a añadirle otra capa de merengue. Ahora lo terminaremos de enrollar y lo adornaremos como más os guste.

Solo queda, emplatar y disfrutar.