Primero prepararemos la crema: Ponemos casi toda la leche, la mitad del azúcar y las dos vainas de vainilla con la semilla raspada, en un cazo a fuego medio. Reservamos una poca leche para disolver la Maizena. Removemos de vez en cuando hasta que llegue a ebullición y retiramos del fuego. Dejamos atemperar, mientras en un bol mezclamos las yemas, el azúcar restante y la leche con la Maizena diluida.

Después con la leche avainillada atemperada, la pasamos por un colador y echamos al bol de las yemas. Batimos rápido para que no cuajen. Ponemos la mezcla de nuevo a fuego bajito sin parar de remover hasta que espese. Retiramos del fuego, pasamos a un recipiente y tapamos con film tocando la crema. Dejamos que enfríe y llevamos a la nevera.

A continuación sacamos la lámina de masa quebrada y la acomodamos dentro del molde presionando las paredes y pinchando todo el fondo con un tenedor. Después colocamos encima papel de horno con algún tipo de legumbre cubriendo el fondo para que no suba la masa. Y horneamos a 180 grados unos 15 minutos. Pasado esos minutos se le quita el peso de legumbre y se hornea otros 5 minutos más para que dore por dentro. Sacamos y dejamos enfriar.

Preparamos la fruta cortándola en láminas o como más nos guste.