Calentar el agua hasta dejarla templada, que se pueda introducir el dedo sin quemarnos, y tamizar la levadura sobre ella. Mezclar bien y dejar reposar 10 minutos. Mezclar mientras tanto en un recipiente mediano las harinas tamizadas con la sal y el tomillo.

Añadir el agua con la levadura y el aceite, y mezclar bien. Amasar hasta conseguir una masa homogénea y lisa. Dejar reposar para que suba la levadura entre 45-60 minutos.

Separar en dos porciones. Formar dos bolas. Precalentar mientras tanto el horno a 250ºC y forrar una bandeja con papel para horno. Estirar las dos porciones dándoles forma ovalada y depositar en la bandeja. Tradicionalmente las Flammkuchen son muy finitas, pero hay quien las prefiere algo más gruesas, al gusto.