Vamos a preparar aceite en un bol pequeño y una brocha de cocina (de esta forma vamos a impregnar nuestros ingredientes de aceite, así nuestro pollo no tendrá un exceso de grasa)

Lavar el pollo y secar con rollo de cocina, salar y reservar

Pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en rodajas de 1/2 cm. aproximadamente, no más finas (es preferible que sean más gruesas que más finas), pelar la cebolla y cortarla en rodajas más o menos de la misma medida. Coger una bandeja de horno, primero ponemos las patatas repartirlas bien, pincelamos con el aceite las patatas y salamos, ponemos encima de las patatas los aros de cebolla pincelamos de aceite y salamos.

Poner por encima de las patatas y cebolla la cucharadita de romero seco, tomillo seco, la hoja de laurel desmigada y los ajos enteros (con cáscara) colocar encina los traseros de pollo (pincelados ambas partes con el aceite), el romero fresco, la pastilla caldo de pollo desmigada por encima del pollo y patatas. No vamos a añadir de momento nada más, metemos al horno y dejamos que el pollo empiece a sudar (bajar la temperatura a 190 grados y quitar el modo ventilador)

Este es el aspecto del pollo a los 70’ de horneado, dejarlo 20’ más hasta que esté bien dorado, no olviden regar las patatas.

Pasado el tiempo emplatar

El resultado es un pollo muy jugoso, con unas patatas panadera deliciosas

Las patatas han absorbido todo el jugo del pollo, especias y vino, son una auténtica maravilla

Un plato muy sencillo y rápido de hacer!