Lo primero que yo hago es sacar las lentejas de su bote ya que, debido al líquido de conserva que llevan dentro y a la presión, están bastante apelmazadas. Dicho líquido se puede retirar o no, es opcional, pero si os gustan las lentejas con un acabado más espeso, os recomiendo que no lo hagáis. También podéis escoger la marca de lentejas que más os guste o la que tengáis más a mano, siempre quedan deliciosas. Yo, como sugerencia, recomiendo las lentejas cocidas Luengo.

Preparamos todos los ingredientes. Picamos la cebolla, los pimientos verde y rojo y el ajo, preferiblemente en taquitos. Si los pimientos son pequeños, podéis picar la mitad de cada uno en vez de un cuarto.

Ponemos una olla a fuego medio con dos o tres cucharadas de aceite de oliva para sofreír la cebolla y los pimientos durante 10 minutos. Pasado ese tiempo, también le añadimos el ajo. Tenemos que estar pendientes de que no se nos queme la cebolla, pero también de dejarla sofreír hasta que adopte un tono marroncito.

Mientras nuestros ingredientes picaditos se sofríen en la olla, preparamos el resto de ingredientes. Lavamos y pelamos las tres zanahorias y las cortamos en rodajas. Es preferible que las rodajas no sean demasiado finas ya que las vamos a cocer. Una vez las tenemos, las incorporamos a la olla.

Por último, nos queda el puerro. Lo cortamos por la mitad, quitamos los extremos y lavamos bien. Al igual que la zanahoria, se corta en rodajitas y se añade a la olla.

Con todos los ingredientes ya en la olla; los cubrimos con agua y, a fuego alto, los dejamos cocer. Personalmente yo los dejo unos 20 minutos, pero realmente es esperar hasta que las zanahorias se ablandan. Pasado ese tiempo, incorporamos también las lentejas y dejamos que todo se cueza junto unos cinco minutos para, finalmente, apagar el fuego.

Si en todos los pasos anteriores te has olvidado de aderezar, hazlo ahora, aunque es preferible echarle algo de sal a la cocción antes y después de añadir las lentejas. Como toque final yo también suelo añadir ajo en polvo, les da un sabor riquísimo, pero también puedes echarles pimienta u otra especia a tu gusto.

!Y ya estaría! Ya solo nos queda servir las lentejas y disfrutar. Vosotros en casa también podéis añadir patata, calabacín... hay multitud de variedades. Esta es una receta sanísima, fácil y deliciosa; no nos dejemos llevar por la expresión "de bote". De ser así, !nos estaríamos perdiendo un gran plato!