Cuando la panificadora ha terminado el proceso vuelca la masa en la encimera enharinada. Es una delicia de masa. A mí me ha subido bastante y tiene un colorcito estupendo por las especias que lleva:

Yo siempre peso la masa y divido en porciones. En este caso mi masa pesaba 1.296 gr. por lo que formé 12 bolitas de 108 gr. cada una. Coge una bolita y presiona con la palma de la mano. Luego usa los dedos para ir recogiendo los bordes hacia el centro y finalmente da la vuelta a la bolita para que el guruño que se forma esté boca abajo:

Se colocan las 12 bolitas en una bandeja de horno:

Pasado los 40 minutos habrán crecido mucho, dependiendo del calor de tu casa, lo mismo tardarán más de 40 minutos:

Con la mezcla de harina y agua que tenemos reservada en la manga pastelera se van formando las cruces. Yo creo que utilicé una boquilla algo grande. Tienes que asegurarte que vas marcando bien la forma de bollo:

Se mete al horno precalentado a 180º durante 22 minutos aproximadamente. Cada horno es un mundo. Al principio creí que la receta me estaba saliendo más porque la marca de la cruz estaba como diluida y claro, lo gracioso del bollo es que se vea bien la cruz. Pero a medida que se va horneando se va notando bastante el contraste entre la cruz y el bollo. Y así me salió a mi, los bollos tienen que tener un color dorado oscuro:

Están tiernos, perfectos para comerlos con mantequilla. Yo por supuesto los tuve que congelar para ir dosificándolos.