Lo primero, deciros que el caldo de la receta lleva una manita de cerdo, pero yo no la puse, si os gusta, la ponéis también.

Para hacer el caldo, ponemos los huesos en agua y cuando rompa a hervir, los dejamos 5 minutos y los sacamos del agua, yo tengo lista una olla grande de puchero con agua hirviendo y las verduras, saco los huesos pasados 5 minutos y los paso al agua limpia con las verduras, lo dejo en fuego lento unas 4 horas, me salió como litro y medio de caldo, lo he congelado para las próxima croquetas jejeje.

Vamos a hacer la masa, ponemos en un cazo amplio la mantequilla y la cebolla picada y lo dejamos pochar, la cebolla tiene que estar bien pochadita, cuando este, añadimos la harina y cocinamos 2 minutos para que no nos vaya a saber a cruda.

Añadimos el caldo bien caliente, la leche bien caliente y la nata, sin dejar de mover con las varillas, cuando empiece a espesar, añadimos el jamón picado en dados, no muy grandes, yo no puse sal, si os gustan más sabrosas, añadir una pizca, pero ya el jamón le da su punto,

Pasamos la masa a una fuente y tapamos con film, dejar reposar y cuando esté templada, llevar a la nevera unas 12 horas, yo las dejo hasta el día siguiente.

Hacemos las croquetas pasándolas por huevo y pan rallado y las dejamos enfriar en la nevera un par de horas antes de freír, el aceite tiene que estar bien caliente y la croqueta bien fría, para que se dore por fuera y nos quede, os diría que estas, casi liquidas por dentro, se os van a deshacer en la boca.

No las dejéis freír en exceso, en un minutito estarán.Ir sacando a un plato con papel absorbente para quitar el exceso.Son un placer para los sentidos, os aseguro que si las hacéis, guardareis esta receta para siempre, servir calentitas y a disfrutar.