Comenzaremos calentando la leche en una cacerola, picamos finamente los recortes del cocido y los introducimos con la leche, echamos una pizca de sal y otro de pimienta negra, cuando la leche hierva la retiramos del fuego y la reservamos.

En otra cacerola echamos la mantequilla y la ponemos a fuego lento, añadimos la cebolla picada finamente, y cuando esté pochada, incorporamos la harina, la iremos echando poco a poco removiendo con una varilla, y dejaremos cocinar un par de minutos nuestra roux.

A continuación, echamos la leche caliente e iremos removiendo la mezcla, al principio con la varilla, y cuando la masa comience a espesar podemos ayudarnos de una cuchara de madera, cuando la masa comience a hervir, la dejaremos unos minutos más. Es importante que durante este proceso mantengamos el fuego suave, de lo contrario se nos pegara la masa.

Ahora engrasamos de aceite un recipiente en donde pondremos a enfriar la masa, la vertemos, y engrasamos la parte de arriba para que no se nos reseque.

Cuando haya enfriado la amasamos bien, y comenzaremos a hacer nuestras croquetas, nos echamos un poco de aceite en las manos, y las damos forma.

Para rebozar las croquetas, primeramente, las pasaremos por huevo, y seguidamente por pan rallado.

El último paso será freírlas, en una sartén echamos abundante aceite, cuando el aceite esté bien caliente echamos las croquetas, y dejamos que se doren, las sacamos, y las ponemos un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Ya solo queda emplatarlas y degustar estas delicias. ¡¡Que aproveche!!
De esta masa salen aproximadamente unas 40 unidades, dependerá también del tamaño que las hagamos, las que no sobren las podemos congelar y consumirlos otro día.